Amar a su bebé es la parte fácil de la crianza de los hijos, y mostrar su amor les ayuda a aprender y crecer de maneras asombrosas.
Actividades como reír, compartir abrazos y besos, hacer contacto visual e incluso simplemente dedicar su tiempo y atención a sus hijos crea un mundo seguro y estable en el que pueden prosperar.
Los cerebros de los niños se desarrollan mejor en un entorno amoroso. Desde el momento en que nace un bebé, sus cerebros están construyendo activamente conexiones neuronales que afectarán su aprendizaje, salud y comportamiento, ahora y en el futuro. Cuando los niños se sienten amados, sus cerebros pueden mejorar esas conexiones. Su amor los hace sentir seguros y menos estresados: el mundo se vuelve predecible y entendible. Sus hijos también son muy buenos para sentir sus emociones, así que asegúrese de que lo que más sientan sea su amor.
Puede mostrar su amor acurrucándose, sujetando, abrazando y besando a su bebé. ¡Tener a un bebé cerca también puede reducir su estrés! Haga contacto visual y sonría a su bebé. No solo sentirán su amor, sino que comenzarán a comprender el ir y venir de la conversación. Escuche a sus hijos y pregúnteles sobre sus sentimientos. Ayudar a sus hijos con tareas sencillas y celebrar pequeñas victorias demuestra su amor. Y, por supuesto, en todo momento dígales a sus hijos que los ama.
¿Qué está haciendo tu niño? ¿Trata de alcanzar un juguete? ¿Golpea dos bloques para hacer un ruido? A medida que descubre su mundo, presta atención, sonríe y usa palabras que algún día aprenderá:
Cuando prestas atención a lo que tu niño hace y compartes su alegría en hacer y aprender, lo estás iniciando en el camino para convertirse en un aprendiz para toda la vida.
Mientras sostienes a tu niño y se miran a los ojos, haz una cara o un sonido gracioso. ¿Cómo responde tu niño? ¿Con un pestañeo? ¿Una sonrisa? ¿Una carcajada? Prueba de nuevo, pero haz algo diferente. Este es el comienzo de una vida llena de risas entre ustedes.
Este juego interactivo de compartir risas es todo menos gracioso. Es un pilar fundamental importante para la capacidad de tu niño de disfrutar y comunicarse con otras personas. También profundiza la relación entre ustedes, ¡y es divertido!
Mientras cantas, hablas o lees con tu niño, presta atención a cómo reacciona. Intenta seguir su mirada o cómo mueve su cuerpo. Describe en voz alta lo que está haciendo, “¿Te gustó esa canción? ¡Estás sonriendo y aplaudiendo!”
Cuando observas atentamente a tu niño y le respondes, estás desarrollando una relación de confianza donde el aprendizaje puede tener lugar. Mientras comparten estos momentos especiales, le estás mostrando a tu niño lo divertidas que pueden ser las palabras, las historias y las canciones.
Hay cosas que hacemos a diario; canta las mismas canciones diariamente en esos instantes para explicar lo que estás haciendo con tu niño, por ejemplo, salir del cuarto, terminar de comer o lavarse las manos.
Los niños adoran las tradiciones y cantar sobre sus actividades cotidianas les proporciona el placer de una rutina conocida. Además, ayuda a tu niño a hacer conexiones entre sus experiencias y palabras nuevas.
A la hora de dormir, habla con tu niño sobre el estado del tiempo de hoy y cómo se sintió. ¿Estuvieron fuera o dentro de casa? ¿Tenían calor o frío?
Hablar sobre las cosas de todos los días, como el clima, ayuda a desarrollar el vocabulario y aprender sobre el mundo que los rodea.
Tómate un minuto para observar a tu niño el día de hoy. Presta atención a lo que mira, cómo se mueve, cómo se escucha, y qué está aprendiendo. Incluso cuando estés ocupado, responde a lo que tu niño está aprendiendo para profundizar tu conexión con él.
Cuando estás en sintonía con tu niño, puedes prestar atención a sus necesidades e intereses. Esto profundiza la confianza entre ustedes, le da a tu niño la seguridad que necesita para explorar el mundo, experimentar, descubrir y aprender.
Promueve la independencia de tu niño haciéndole preguntas en lugar de decirle qué hacer. Si estás preparándote para salir de la casa, en lugar de decirle que se ponga los zapatos, intenta decir algo como, “Veo que tienes los calcetines puestos. ¿Qué sigue después?”
Hacerle preguntas a tu niño lo anima a pensar antes de actuar. Esta capacidad requiere concentración y autocontrol. Tu niño debe dejar de hacer lo que podría querer hacer para poder lograr un objetivo, ¡incluso algo tan simple como ponerse los zapatos!
Diviértete con tu niño hablando lentamente y estirando las palabras y los sonidos. Intenta cantar muy lentamente una canción que conozcan o decir hola usando el nombre de tu niño y estirando el sonido: “¡Hoooolaaaaa!” Anímalo a repetir lo que dices y a responder con su propia charla lenta.
¡Tu niño aprende mejor con interacciones divertidas contigo! Jugar con palabras y sonidos ayuda a tu niño a aprender a amar el lenguaje. Hablar lentamente también ayuda a tu niño a practicar el prestar atención, escuchar atentamente y manejar su comportamiento.
Invita a tu niño para que te ayude con la limpieza dándole tareas especiales que pueda hacer. Puedes decir, “Ayúdame a encontrar lo que se necesita lavar en la lavadora”. O “¿Puedes ayudarme a limpiar la mesa o barrer las migajas del piso?”
Cuando ayudas a tu niño a encontrar formas en las que puede ayudar en la casa, aprende que es un miembro importante en las rutinas cotidianas de la familia. También demuestra que crees en él, lo cual lo anima a hacer más cosas por sí mismo.
Convierte una canción conocida en una “Canción tonta”. Cambia una palabra en una canción que tu niño conozca bien y ve si se da cuenta. Extiende el juego preguntándole por qué esas palabras no van en la canción. ¿Puede agregar una estrofa tonta a esta canción?
Al jugar a este juego, tu niño debe escuchar con atención y usar su memoria para recordar las palabras de la canción. También están jugando con lo que es real y lo que no lo es, conceptos importantes para comprender cómo funciona el mundo.
¿A tu niño le gusta mucho decir que “no”? Pueden jugar a No/Sí para convertir un momento negativo en uno divertido. Si él dice no, entonces tú di sí. Túrnense para decir no/sí. Para una variación, puedes decirlo rápido o lento, o decir sí dos veces para que tu niño te imite diciendo no dos veces.
Este juego se puede convertir en una canción de cuna donde tu niño tiene que escuchar y seguir las reglas. Esto promueve la capacidad de prestar atención, la memoria funcional y el autocontrol y a la vez es divertido, ¡todo al mismo tiempo!
Nombra un animal y pídele a tu niño que te diga si es rápido o lento. Si dices “tortuga”, él puede decir “lenta”. Una vez que entienda las reglas, cámbialas. Cuando nombras un animal, debe decir la velocidad opuesta. Por ejemplo, si dices “tortuga”, él debe decir “rápida”. ¡Túrnense!
Tu niño se concentra y usa su memoria funcional con este juego. Cuando cambias las reglas para hacer lo opuesto, tiene que pensar de manera flexible, lo cual lo ayuda a aprender a responder en situaciones cambiantes.
Túrnense para hablar sobre conexiones amorosas. “Te amo tanto como una abeja ama las flores”.”Te amo tanto como las hormigas aman el azúcar”.”Te amo tanto como un automóvil ama la gasolina”. Pídele a tu niño que invente una comparación. Sigan intercambiando ideas.
Cuando tu niño se ve ante el desafío de encontrar conexiones y hacer comparaciones, aprende nuevas formas de clasificar y categorizar información. Estas habilidades son importantes para las matemáticas, la lectura y la ciencia. También estás promoviendo la creatividad y el sentido del humor.
Haz un gesto que exprese un sentimiento y pídele a tu niño que haga un gesto que exprese el sentimiento contrario. Si haces una cara feliz, él debe hacer una cara triste. Conversen sobre alguna vez en la que tu niño recuerde haber visto una persona haciendo esas caras. ¡Después tómense una foto haciendo sus caras más graciosas para alargar el momento!
Imitar las emociones de los demás ayuda a tu niño con el aprendizaje de la empatía, además de expresar sus propias emociones. ¡Es una habilidad importante que usamos todos los días como adultos!
Habla con tu niño sobre tus planes para el día de hoy. Quizás puedas conversar sobre lo que vas a desayunar. ¿A dónde va a ir él durante el día? ¿Qué pueden hacer juntos? o ¿qué les entusiasma a ambos hacer el día hoy?
La práctica es la mejor forma de aprender a planificar. Cuando le das a tu niño la oportunidad de pensar con anticipación sobre el día, lo invitas a usar lo que ya sabe y a aplicarlo a una nueva situación de maneras flexibles.
Las investigaciones muestran que los niños prosperan en un entorno estable y acogedor con un adulto cariñoso. Esto, en combinación con un autoconcepto positivo, proporciona la base para un desarrollo emocional saludable y para todo el aprendizaje. Una evaluación del desarrollo puede ayudarlo a usted, como padre, a identificar logros sociales/emocionales y le proporciona ideas para ayudarlo a conectarse más con su hijo. Puede llenar una evaluación del desarrollo con su médico o proveedor de cuidado infantil a través de Help Me Grow Utah.
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